sábado, 12 de noviembre de 2016

El matrimonio en el plan de Dios

Matrimonio

EL SACRAMENTO DEL MATRIMONIO

"La alianza matrimonial, por la que el varón y la mujer constituyen entre sí un consorcio de toda la vida, ordenado por su misma índole natural al bien de los cónyuges y a la generación y educación de la prole, fue elevada por Cristo Nuestro Señor a la dignidad de sacramento entre bautizados" (Catecismo Iglesia, can. 1055,1)

El matrimonio en el plan de Dios

La Sagrada Escritura se abre con el relato de la creación del hombre y de la mujer a imagen y semejanza de Dios (Gn 1,26- 27) y se cierra con la visión de las "bodas del Cordero" (Ap 19,7.9). De un extremo a otro la Escritura habla del matrimonio y de su "misterio", de su institución y del sentido que Dios le dio, de su origen y de su fin, de sus realizaciones diversas a lo largo de la historia de la salvación, de sus dificultades nacidas del pecado y de su renovación "en el Señor" (1 Co 7,39) todo ello en la perspectiva de la Nueva Alianza de Cristo y de la Iglesia (cf Ef 5,31-32).

El matrimonio en el orden de la creación

"La íntima comunidad de vida y amor conyugal, fundada por el Creador y provista de leyes propias, se establece sobre la alianza del matrimonio... un vínculo sagrado... no depende del arbitrio humano. El mismo Dios es el autor del matrimonio" (GS 48,1). La vocación al matrimonio se inscribe en la naturaleza misma del hombre y de la mujer, según salieron de la mano del Creador. El matrimonio no es una institución puramente humana a pesar de las numerosas variaciones que ha podido sufrir a lo largo de los siglos en las diferentes culturas, estructuras sociales y actitudes espirituales. Estas diversidades no deben hacer olvidar sus rasgos comunes y permanente. A pesar de que la dignidad de esta institución no se trasluzca siempre con la misma claridad (cf GS 47,2), existe en todas las culturas un cierto sentido de la grandeza de la unión matrimonial. "La salvación de la persona y de la sociedad humana y cristiana está estrechamente ligada a la prosperidad de la comunidad conyugal y familiar" (GS 47,1).

Dios que ha creado al hombre por amor lo ha llamado también al amor, vocación fundamental e innata de todo ser humano. Porque el hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios (Gn 1,2), que es Amor (cf 1 Jn 4,8.16). Habiéndolos creado Dios hombre y mujer, el amor mutuo entre ellos se convierte en imagen del amor absoluto e indefectible con que Dios ama al hombre. Este amor es bueno, muy bueno, a los ojos del Creador (cf Gn 1,31). Y este amor que Dios bendice es destinado a ser fecundo y a realizarse en la obra común del cuidado de la creación. "Y los bendijo Dios y les dijo: "Sed fecundos y multiplicaos, y llenad la tierra y sometedla'" (Gn 1,28).

La Sagrada escritura afirma que el hombre y la mujer fueron creados el uno para el otro: "No es bueno que el hombre esté solo". La mujer, "carne de su carne", su igual, la criatura más semejante al hombre mismo, le es dada por Dios como una "auxilio", representando así a Dios que es nuestro "auxilio" (cf Sal 121,2). "Por eso deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer, y se hacen una sola carne" (cf Gn 2,18-25). Que esto significa una unión indefectible de sus dos vidas, el Señor mismo lo muestra recordando cuál fue "en el principio", el plan del Creador: "De manera que ya no son dos sino una sola carne" (Mt 19,6).

El matrimonio bajo la esclavitud del pecado


Todo hombre, tanto en su entorno como en su propio corazón, vive la experiencia del mal. Esta experiencia se hace sentir también en las relaciones entre el hombre y la mujer. En todo tiempo, la unión del hombre y la mujer vive amenazada por la discordia, el espíritu de dominio, la infidelidad, los celos y conflictos que pueden conducir hasta el odio y la ruptura. Este desorden puede manifestarse de manera más o menos aguda, y puede ser más o menos superado, según las culturas, las épocas, los individuos, pero siempre aparece como algo de carácter universal.

Según la fe, este desorden que constatamos dolorosamente, no se origina en la naturaleza del hombre y de la mujer, ni en la naturaleza de sus relaciones, sino en el pecado. El primer pecado, ruptura con Dios, tiene como consecuencia primera la ruptura de la comunión original entre el hombre y la mujer. Sus relaciones quedan distorsionadas por agravios recíprocos (cf Gn 3,12); su atractivo mutuo, don propio del creador (cf Gn 2,22), se cambia en relaciones de dominio y de concupiscencia (cf Gn 3,16b); la hermosa vocación del hombre y de la mujer de ser fecundos, de multiplicarse y someter la tierra (cf Gn 1,28) queda sometida a los dolores del parto y los esfuerzos de ganar el pan (cf Gn 3,16-19).

Sin embargo, el orden de la Creación subsiste aunque gravemente perturbado. Para sanar las heridas del pecado, el hombre y la mujer necesitan la ayuda de la gracia que Dios, en su misericordia infinita, jamás les ha negado (cf Gn 3,21). Sin esta ayuda, el hombre y la mujer no pueden llegar a realizar la unión de sus vidas en orden a la cual Dios los creó "al comienzo".

El matrimonio en el Señor

La alianza nupcial entre Dios y su pueblo Israel había preparado la nueva y eterna alianza mediante la que el Hijo de Dios, encarnándose y dando su vida, se unió en cierta manera con toda la humanidad salvada por él (cf. GS 22), preparando así "las bodas del cordero" (Ap 19,7.9).

En el umbral de su vida pública, Jesús realiza su primer signo -a petición de su Madre- con ocasión de un banquete de boda (cf Jn 2,1-11). La Iglesia concede una gran importancia a la presencia de Jesús en las bodas de Caná. Ve en ella la confirmación de la bondad del matrimonio y el anuncio de que en adelante el matrimonio será un signo eficaz de la presencia de Cristo.

En su predicación, Jesús enseñó sin ambigüedad el sentido original de la unión del hombre y la mujer, tal como el Creador la quiso al comienzo: la autorización, dada por Moisés, de repudiar a su mujer era una concesión a la dureza del corazón (cf Mt 19,8); la unión matrimonial del hombre y la mujer es indisoluble: Dios mismo la estableció: "lo que Dios unió, que no lo separe el hombre" (Mt 19,6).

Esta insistencia, inequívoca, en la indisolubilidad del vínculo matrimonial pudo causar perplejidad y aparecer como una exigencia irrealizable (cf Mt 19,10). Sin embargo, Jesús no impuso a los esposos una carga imposible de llevar y demasiado pesada (cf Mt 11,29-30), más pesada que la Ley de Moisés. Viniendo para restablecer el orden inicial de la creación perturbado por el pecado, da la fuerza y la gracia para vivir el matrimonio en la dimensión nueva del Reino de Dios. Siguiendo a Cristo, renunciando a s í mismos, tomando sobre s í sus cruces (cf Mt 8,34), los esposos podrán "comprender" (cf Mt 19,11) el sentido original del matrimonio y vivirlo con la ayuda de Cristo. Esta gracia del Matrimonio cristiano es un fruto de la Cruz de Cristo, fuente de toda la vida cristiana.

Es lo que el apóstol Pablo da a entender diciendo: "Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla" (Ef 5,25-26), y añadiendo enseguida: "`Por es o dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos se harán una sola carne'. Gran misterio es éste, lo digo respecto a Cristo y a la Iglesia" (Ef 5,31-32).

Toda la vida cristiana está marcada por el amor esponsal de Cristo y de la Iglesia. Ya el Bautismo, entrada en el Pueblo de Dios, es un misterio nupcial. Es, por así decirlo, como el baño de bodas (cf Ef 5,26-27) que precede al banquete de bodas, la Eucaristía. El Matrimonio cristiano viene a ser por su parte signo eficaz, sacramento de la alianza de Cristo y de la Iglesia. Puesto que es signo y comunicación de la gracia, el matrimonio entre bautizados es un verdadero sacramento de la Nueva Alianza (cf DS 1800; CIC, can. 1055,2).

Los efectos del sacramento del Matrimonio

"Del matrimonio válido se origina entre los cónyuges un vínculo perpetuo y exclusivo por su misma naturaleza; además, en el matrimonio cristiano los cónyuges son fortalecidos y quedan como consagrados por un sacramento peculiar para los deberes y la dignidad de su estado" (CIC, can. 1134).

El vínculo matrimonial

El consentimiento por el que los esposos se dan y se reciben mutuamente es sellado por el mismo Dios (cf Mc 10,9). De su alianza "nace una institución estable por ordenación divina, también ante la sociedad" (GS 48,1). La alianza de los esposos está integrada en la alianza de Dios con los hombres: "el auténtico amor conyugal es asumido en el amor divino" (GS 48,2).

Por tanto, el vínculo matrimonial es establecido por Dios mismo, de modo que el matrimonio celebrado y consumado entre bautizados no puede ser disuelto jamás. Este vínculo que resulta del acto humano libre de los esposos y de la consumación del matrimonio es una realidad ya irrevocable y da origen a una alianza garantizada por la fidelidad de Dios. La Iglesia no tiene poder para pronunciarse contra esta disposición de la sabiduría divina (cf CIC, can. 1141).

La gracia del sacramento del matrimonio

La gracia propia del sacramento del matrimonio está destinada a perfeccionar el amor de los cónyuges, a fortalecer su unidad indisoluble. Por medio de esta gracia "se ayudan mutuamente a santificarse con la vida matrimonial conyugal y en la acogida y educación de los hijos" (LG 11; cf LG 41).

Cristo es la fuente de esta gracia. "Pues de la misma manera que Dios en otro tiempo salió al encuentro de su pueblo por una alianza de amor y fidelidad, ahora el Salvador de los hombres y Esposo de la Iglesia, mediante el sacramento del matrimonio, sale al encuentro de los esposos cristianos" (GS 48,2). Permanece con ellos, les da la fuerza de segu irle tomando su cruz, de levantarse después de sus caídas, de perdonarse mutuamente, de llevar unos las cargas de los otros (cf Ga 6,2), de estar "sometidos unos a otros en el temor de Cristo" (Ef 5,21) y de amarse con un amor sobrenatural, delicado y fecundo.

La fidelidad del amor conyugal

El amor conyugal exige de los esposos, por su misma naturaleza, una fidelidad inviolable. Esto es consecuencia del don de sí mismos que se hacen mutuamente los esposos. El auténtico amor tiende por sí mismo a ser algo definitivo, no algo pasajero. "Esta íntima unión, en cuanto donación mutua de dos personas, como el bien de los hijos exigen la fidelidad de los cónyuges y urgen su indisoluble unidad" (GS 48,1).

Su motivo más profundo consiste en la fidelidad de Dios a su alianza, de Cristo a su Iglesia. Por el sacramento del matrimonio los esposos son capacitados para representar y testimoniar esta fidelidad. Por el sacramento, la indisolubilidad del matrimonio adquiere un sentido nuevo y más profundo.

Puede parecer difícil, incluso imposible, atarse para toda la vida a un ser humano. Por ello es tanto más importante anunciar la buena nueva de que Dios nos ama con un amor definitivo e irrevocable, de que los esposos participan de este amor, que les conforta y mantiene, y de que por su fidelidad se convierten en testigos del amor fiel de Dios. Los esposos que, con la gracia de Dios, dan este testimonio, con frecuencia en condiciones muy difíciles, merecen la gratitud y el apoyo de la comunidad eclesial (cf FC 20).

Existen, sin embargo, situaciones en que la convivencia matrimonial se hace prácticamente imposible por razones muy diversas. En tales casos, la Iglesia admite la separación física de los esposos y el fin de la cohabitación. Los esposos no cesan de ser marido y mujer delante de Dios; ni son libres para contraer una nueva unión. En esta situación difícil, la mejor solución sería, si es posible, la reconciliación. La comunidad cristiana está llamada a ayudar a estas personas a vivir cristianamente su situación en la fidelidad al vínculo de su matrimonio que permanece indisoluble (cf FC; 83; CIC, can. 1151-1155).

La iglesia doméstica

Cristo quiso nacer y crecer en el seno de la Sagrada Familia de José y de María. La Iglesia no es otra cosa que la "familia de Dios". Desde sus orígenes, el núcleo de la Iglesia estaba a menudo constituido por los que, "con toda su casa", habían llegado a ser creyentes (cf Hch 18,8). Cuando se convertían deseaban también que se salvase "toda su casa" (cf Hch 16,31 y 11,14). Estas familias convertidas eran islotes de vida cristiana en un mundo no creyente.

En nuestros días, en un mundo frecuentemente extraño e incluso hostil a la fe, las familias creyentes tienen una importancia primordial en cuanto faros de una fe viva e irradiadora. Por eso el Concilio Vaticano II llama a la familia, con una antigua expresión, "Ecclesia domestica" (LG 11; cf. FC 21). En el seno de la familia, "los padres han de ser para sus hijos los primeros anunciadores de la fe con su palabra y con su ejemplo, y han de fomentar la vocación personal de cada uno y, con especial cuidado, la vocación a la vida consagrada" (LG 11).

Aquí es donde se ejercita de manera privilegiada el sacerdocio bautismal del padre de familia, de la madre, de los hijos, de todos los miembros de la familia, "en la recepción de los sacramentos, en la oración y en la acción de gracias, con el testimonio de una vida santa, con la renuncia y el amor que se traduce en obras" (LG 10). El hogar es así la primera escuela de vida cristiana y "escuela del más rico humanismo" (GS 52,1). Aquí se aprende la paciencia y el gozo del trabajo, el amor fraterno, el perdón generoso, incluso reiterado, y sobre todo el culto divino por medio de la oración y la ofrenda de su vida.

Es preciso recordar asimismo a un gran número de personas que permanecen solteras a causa de las concretas condiciones en que deben vivir, a menudo sin haberlo querido ellas mismas. Estas personas se encuentran particularmente cercanas al corazón de Jesús; y, por ello, merecen afecto y solicitud diligentes de la Iglesia, particularmente de sus pastores. Muchas de ellas viven sin familia humana, con frecuencia a causa de condiciones de pobreza. Hay quienes viven su situación según el espíritu de las bienaventuranzas sirviendo a Dios y al prójimo de manera ejemplar. A todas ellas es preciso abrirles las puertas de los hogares, "iglesias domésticas" y las puertas de la gran familia que es la Iglesia. "Nadie se sienta sin familia en este mundo: la Iglesia es casa y familia de todos, especialmente para cuantos están `fatigados y agobiados' (Mt 11,28)" (FC 85).



Resumen

·                     S. Pablo dice: "Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo amó a la Iglesia...Gran misterio es éste, lo digo con respecto a Cristo y la Iglesia" (Ef 5,25.32).

·                     La alianza matrimonial, por la que un hombre y una mujer constituyen una íntima comunidad de vida y de amor, fue fundada y dotada de sus leyes propias por el Creador. Por su naturaleza está ordenada al bien de los cónyuges así como a la generación y educación de los hijos. Entre bautizados, el matrimonio ha sido elevado por Cristo Señor a la dignidad de sacramento (cf. GS 48,1; CIC, can. 1055,1).

·                     El sacramento del matrimonio significa la unión de Cristo con la Iglesia. Da a los esposos la gracia de amarse con el amor con que Cristo amó a su Iglesia; la gracia del sacramento perfecciona así el amor humano de los esposos, reafirma su unidad indisoluble y los santifica en el camino de la vida eterna (cf. Cc. de Trento: DS 1799).

·                     El matrimonio se funda en el consentimiento de los contrayentes, es decir, en la voluntad de darse mutua y definitivamente con el fin de vivir una alianza de amor fiel y fecundo.

·                     Dado que el matrimonio establece a los cónyuges en un estado público de vida en la Iglesia, la celebración del mismo se hace ordinariamente de modo público, en el marco de una celebración litúrgica, ante el sacerdote (o el testigo cualificado de la Iglesia), los testigos y la asamblea de los fieles.

·                     La unidad, la indisolubilidad, y la apertura a la fecundidad son esenciales al matrimonio. La poligamia es incompatible con la unidad del matrimonio; el divorcio separa lo que Dios ha unido; el rechazo de la fecundidad priva la vida conyugal de su "don más excelente", el hijo (GS 50,1).

·                     Contraer un nuevo matrimonio por parte de los divorciados mientras viven sus cónyuges legítimos contradice el plan y la ley de Dios enseñados por Cristo. Los que viven en esta situación no están separados de la Iglesia pero no pueden acceder a la comunión eucarística. Pueden vivir su vida cristiana sobre todo educando a sus hijos en la fe.


·                     El hogar cristiano es el lugar en que los hijos reciben el primer anuncio de la fe. Por eso la casa familiar es llamada justamente "Iglesia doméstica", comunidad de gracia y de oración, escuela de virtudes humanas y de caridad cristiana.



Fuente:AciPrensa . Com
Publicado por: O.Revette 12.11.2016

domingo, 25 de septiembre de 2016

100 mil firmas para evitar que ONU declare “Día Internacional del aborto seguro”

Unas 100 mil firmas para evitar que ONU declare “Día Internacional del aborto seguro”


Bebé en el vientre materno / Pixgood (Dominio Público)

MADRID, 22 Sep. 16 / 10:07 pm (ACI).- Diversos grupos pro aborto han pedido al secretario general de la ONU, Ban ki-moon, que declare el próximo 28 de septiembre como “Día Internacional del Aborto Seguro". Por ello la plataforma CitizenGo lanzó una campaña de firmas que busca evitar que esto ocurra y hasta ahora ya han reunido casi 100 mil firmas de apoyo.
En la carta que enviarán junto a las firmas desde CitizenGO al Secretario General de las Naciones Unidas y a los responsables de ONU Mujeres, programa de Desarrollo de las Naciones Unidas, OMS, ONUSIDA y UNESCO entre otros, se muestra la “más absoluta oposición” a la concesión de este día ya que “en el aborto lo único seguro es la muerte de un inocente. Y es bastante probable el daño físico y/o psicológico de la madre”.
En esa carta también se explica que el 28 de septiembre ya ha sido declarado como “Día Internacional de Acción por la Despenalización del Aborto”, durante el V Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe realizado en 1990. “Desde entonces, el lobby abortista ha venido ‘celebrando’ este día”, explican.
Recuerdan que a pesar de la postura que pueda tener Banki-Moon de manera personal en relación con el aborto, los países que defienden y protegen la vidaque está por venir “también son miembros de las Naciones Unidas”.
Por eso subrayan que establecer un “Día internacional del aborto seguro” sería “una falta de respeto para esos países y una fuente de conflicto y división”.
CitizenGO precisa que “el aborto nunca es seguro, porque siempre hay una víctima”.
Fuente: AciPrensa
Publicado por: O.Revette 25.09.2016

domingo, 14 de agosto de 2016

Padres ser más cercanos con sus hijos para evitar suicidios

Arzobispo pide a padres ser más cercanos con sus hijos para evitar suicidios


Imagen referencial / Foto: Pixabay (Dominio Público)

CIUDAD DE MÉXICO, 11 Ago. 16 / 02:10 pm (ACI).- El Arzobispo de Yucatán (México), Mons. Gustavo Rodríguez Vega, pidió a los padres defamilia ser más cercanos con sus hijos y preocuparse por lo que están viviendo, pues son los primeros responsables para poder evitar que el número de suicidios siga aumentando.
Según cifras oficiales, en lo que va del año se han registrado 150 suicidios en esta entidad (estado), siendo las víctimas en su mayoría jóvenes.
“Suicidios siempre han ocurrido, pero si ahora se multiplican, es efecto de nuestra forma de vida moderna. Para un joven puede ser una tragedia el no llevarse bien con sus papás, el haber perdido la relación con la novia o novio, pero sea como sea si, uno está cerca de Dios encontrará sentido para vivir”, expresó el Prelado.
Por ello, Mons. Rodríguez Vega pidió a los padres de familia “estar más cercanos con ellos (los jóvenes), que se preocupan por saber dónde andan, con quiénes están, saber lo que están viviendo”.
En declaraciones difundidas por la prensa, el Arzobispo de Yucatán advirtió que el alcoholismo o la drogadicción pueden llevar a los jóvenes a tomar el camino del suicidio. Por ello, pidió que las autoridades también se involucren y fomenten alternativas sanas para este sector de la sociedad.
Recordó que la juventud es una etapa difícil en la vida, sobre todo en este mundo moderno.
“Los padres de familia son los primeros responsables, luego las autoridades civiles, que tienen que procurar cosas y espacios donde los jóvenes puedan realizarse positivamente en actividades como el arte, el deporte. En cuanto a nuestra parte (la Iglesia) debemos de hacer el esfuerzo de atraerlos a las cosas de Dios”, señaló.
Fuente: AciPrensa
Publicado por: O.Revette 14.08.2016 8:15am
Apostolado de Comunicación Social 
de la  Pastoral Familiar San Carlos Borromeo
Caricuao Caracas Venezuela

domingo, 5 de junio de 2016

Vaticano anuncia nuevo dicasterio "Laicos, Familia y Vida"

Vaticano anuncia nuevo dicasterio "Laicos, Familia y Vida" para el 1 de septiembre 2016


Basílica de San Pedro. Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa

VATICANO, 04 Jun. 16 / 05:38 am (ACI).- En un importante paso hacia la reforma de la Curia querida por el Papa Francisco, la Santa Sede ha comunicado hoy la aprobación ad experimentum del nuevo dicasterio sobre laicos, familia y vida que iniciará su función el próximo 1 de septiembre de 2016.
El nuevo dicasterio absorberá por tanto a los actuales Pontificio Consejo para los Laicos y el Pontificio Consejo para la Familia, que dejarán de funcionar a partir de esa fecha.
“Hoy, 4 de junio de 2016, el Santo Padre Francisco, a propuesta del Consejo de Cardenales, ha aprobado ad experimentum el Estatuto del nuevo Discasterio para los Laicos, la familia y la vida en la cual confluirán, desde el 1 de septiembre de 2016, los actuales Pontificio Consejos para los Laicos y Pontificio Consejo para la Familia”.
“En esa fecha, ambos dicasterios cesarán de sus funciones y serán suprimidos”, explica el comunicado.
En el Estatuto que regirá al nuevo organismo de la Santa Sede se establece que “el discasterio es competente en esas materias que son de pertenencia de la Sede Apostólica para la promoción de la vida, y del apostolado de los fieles laicos, para el cuidado pastoral de la familia y de su misión, según el diseño de Dios y para la tutela y la ayuda de la vida humana”.
Otra de las características será que estará presidido por un Prefecto que será ayudado de un Secretario que podrá ser un laico, y por 3 Subsecretarios laicos. A su vez podrán trabajar varios empleados clérigos o laicos elegidos en su mayoría de diversas regiones del mundo.
El dicasterio estará dividido en las secciones Laicos, Familia y Vida presidida cada una por un Sub Secretario y estará formado por miembros laicos, hombres y mujeres, célibes y casados que respeten el caracter universal de la Iglesia.
También tendrá sus propios consultores, siguiendo así las normas establecidas ya para toda la Curia Romana.
Laicos
Respecto a esta sección, el estatuto establece que el dicasterio debe “animar la promoción de la vocación y de la misión de los laicos en la Iglesia y en el mundo, como solteros, cónyuges o no, y miembros pertenecientes a asociaciones, movimientos, comunidades”.
Además, deberá “favorecer en los fieles laicos la conciencia de la corresponsabilidad, en fuerza del Bautismo, para la vida y la misión de la Iglesia, según los diversos carismas recibidos para la edificación común, con una particular atención a la peculiar misión de los fieles laicos de animar y perfeccionar el orden de la realidad temporal”.
Deberá “promover también la participación de los fieles laicos en la instrucción de las catequesis, en la vida litúrgica y sacramental, en la acción misionera, en las obras de misericordia, de caridad y de promoción humana y social”.
Como ya hacía el Pontificio Consejo para los Laicos, la nueva sección “erige las asociaciones de fieles y los movimientos laicales que tienen un carácter internacional y aprobará o reconocerá los estatutos”.
Familia
“Promueve el cuidado pastoral de la familia a la luz del magisterio pontificio, en la tutela de la dignidad y el bien basados en el sacramento del matrimonio, en favorecer los derechos y las responsabilidades en la Iglesia y en la sociedad civil para que las instituciones familiares puedan asumir mejor las propias funciones tanto en el ámbito eclesial como en el social”.
También deberá “discernir los signos de los tiempos para valorizar las oportunidades, a favor de la familia con confianza y sabiduría evangélica ante los desafíos que tenga y aplicar en el hoy de la sociedad y de la historia el diseño de Dios sobre el matrimonio y la familia”.
Entre sus labores estará el de “profundizar en la doctrina sobre la familia y su divulgación mediante adecuadas catequesis” así como “favorecer en particular los estudios sobre la espiritualidad del matrimonio y de la familia”.
También “ofrecer líneas directivas para programas formativos para los novios que se preparan al matrimonio y para las parejas jóvenes”.
Además, tendrá una estrecha relación con el Pontificio Instituto Juan Pablo II para estudios sobre Matrimonio y Familia, una de las instituciones de la Santa Sede más importantes en este ámbito.
Vida
Esta sección tendrá el deber de coordinar “iniciativas a favor de la procreación responsable, así como para la tutela de la vida humana desde su concepción hasta su fin natural, teniendo presentes las necesidades de la persona en sus diversas fases evolutivas”.
Deberá “promover y animar a las organizaciones y asociaciones que ayudan a la mujer y a la familia a acoger y custodiar el don de la vida, especialmente en el caso de embarazos difíciles, y prevenir que se recurra al aborto”.
Sobre esto último, también deberá “apoyar programas e iniciativas dirigidos a ayudar a las mujeres que hayan abortado”.
Esta sección estará en permanente y estrecha relación con la Pontificia Academia para la Vida de la Santa Sede.
Fuente: AciPrensa
Publicado por: O.Revette 05.06.2016
ApostoladoDeComunicacionMedios

miércoles, 25 de mayo de 2016

Encuentro Mundial de Familias 2018 será en Irlanda

Vaticano: Nuevo Encuentro Mundial de Familias será en Irlanda en 2018


Foto referencial. Crédito: L'Osservatore Romano

VATICANO, 24 May. 16 / 06:31 am (ACI).- La Santa Sede confirmó en conferencia de prensa que el próximo Encuentro Mundial de las Familias –al que asistirá el Papa– se celebrará en Dublín (Irlanda) del 22 al 26 de agosto de 2018 y tendrá por lema “El Evangelio de la familia, alegría para el mundo”.
Según anunció el Presidente del Consejo Pontificio para la Familia, Mons. Vincenzo Paglia, el documento postsinodal Amoris Laetitia será “la carta magna de todo el encuentro, tanto en la preparación como en su celebración”.
El responsable de familia en el Vaticano explicó que “es una invitación a elegir el ‘nosotros’ de la familia para responder a la necesidad del amor que sale de cada hombre y cada mujer”. “Las familias, particularmente las ‘familias cristianas’, son una buena noticia (un ‘Evangelio’) para la Iglesia y para el mundo”, declaró.
Para Mons. Paglia, es importante que tenga lugar en este país porque “pasa por un momento delicado de transición” y también “a través del Encuentro Mundial puede ayudarle a sí misma, a la Europa y al mundo, a reencontrar la fuerza, la energía, la tensión misionera, mediante el redescubrimiento de la vocación y de la misión de la familia”. 
También estuvo presente el el Arzobispo de Dublín, Mons. Diarmuid Martin, quien destacó que “es significativo que el Papa Francisco haya elegido a la familia como tema del primer Sínodo de los Obispos de su Pontificado” y señaló que también san Juan Pablo II la eligió para su primer Sínodo de 1980 con el tema ‘Misión de la familia en el mundo contemporáneo’.
Sobre el Encuentro, que será la edición número nueve, el prelado aseguró que será “una fiesta del testimonio del amor de Dios revelado en Jesucristo” y añadió que “la vocación de las parejas cristianas, sostenidas por el Sacramento del Matrimonio, es una llamada a testimoniar el amor y a experimentar la alegría que nace del compartir el amor de Jesús con cuantos están en dificultad”.
A su vez, aseguró que “muchas familias en Irlanda sufren bajo el peso de una situación económica precaria”. “El programa de las catequesis de la Iglesia sobre el matrimonio y la familia tienen necesidad de una transformación completa, en línea con cuanto se dice en Amoris Laetitia”. 
Fuente: AciPrensa
Publicado por: O.Revette 25.05.2016 5:23am
Apostolado de Comunicación y Medios de La Pastoral Familiar SCB

sábado, 21 de mayo de 2016

Papa Francisco: No hay fundamento para el "matrimonio homosexual"

Papa Francisco en Amoris Laetitia: No hay fundamento para el "matrimonio homosexual"


Imagen referencial. Foto: Photodune.net

VATICANO, 10 Abr. 16 / 03:27 pm (ACI).- El Papa Francisco se pronunció sobre el mal llamado “matrimonio” gay en su reciente exhortación apostólica post-sinodal “Amoris Laetitia”, advirtiendo que si bien las personas homosexuales deben ser acogidas con respeto no se puede equiparar sus uniones legales con el matrimonio.
Amoris laetitia, sobre el amor en la familia, fue publicada hoy por la Santa Sede, como resultado de las reflexiones del Santo Padre a partir de los Sínodos de los Obispos sobre la Familia realizados en el Vaticano en 2014 y 2015.
El Santo Padre concluye, recogiendo las reflexiones de los Padres sinodales en la Relación final del Sínodo de 2015, que “no existe ningún fundamento para asimilar o establecer analogías, ni siquiera remotas, entre las uniones homosexuales y el designio de Dios sobre el matrimonio y la familia”.
“Es inaceptable que las iglesias locales sufran presiones en esta materia y que los organismos internacionales condicionen la ayuda financiera a los países pobres a la  introducción de leyes que instituyan el “matrimonio” entre personas del mismo sexo”, señaló.
Sin embargo, Francisco recordó que “la Iglesia hace suyo el comportamiento del Señor Jesús que en un amor ilimitado se ofrece a todas las personas sin excepción”, por lo que reiteró que “toda persona, independientemente de su tendencia sexual, ha de ser respetada en su dignidad y acogida con respeto” evitando toda forma de agresión y violencia.
El Papa también alentó a los fieles a ayudar a las personas con tendencia homosexual a “comprender y realizar plenamente la voluntad de Dios en su vida”.
Fuente: AciPrensa
Publicado por: O.Revette 21.05.2016 9:13am
Apostolado de Comunicación y Medios de La Pastoral Familiar SCB


jueves, 31 de marzo de 2016

Sínodo de la Familia: Vaticano anuncia publicación de la exhortación del Papa Francisco

Sínodo de la Familia: Vaticano anuncia publicación de la exhortación del Papa Francisco


El Papa Francisco saluda a la familia Paloni durante el Sínodo realizado en octubre de 2015. Foto L'Osservatore Romano
El Papa Francisco saluda a la familia Paloni 
(Camino Neocatecumenal) durante el Sínodo realizado 
en octubre de 2015.  Foto L'Osservatore Romano

VATICANO, 31 Mar. 16 / 07:49 am (ACI/EWTN Noticias).- El Vaticano anunció esta mañana la publicación de la esperada exhortación apostólica post sinodal del Papa Francisco sobre el amor en la familia. Será dada a conocer el viernes 8 de abril y lleva por título Amoris Laetitia.
El texto, que será publicado en italiano, francés, inglés, alemán, español y portugués, es el resultado de las reflexiones del Santo Padre a partir de los Sínodos de los Obispos sobre la Familia realizados en el Vaticano en 2014 y 2015.
El documento será presentado en conferencia de prensa en el que participarán el Cardenal Lorenzo Baldisseri, Secretario General del Sínodo de los Obispos, el Cardenal Christoph Schönborn, Arzobispo de Vienna (Austria); y el matrimonio formado por Francesco Miano y Giuseppina De Simona in Miano. Estos dos últimos profesores universitarios especialistas en el tema de la familia.
El Sínodo de los Obispos realizado en octubre de 2015 en el Vaticano con la participación de más de 250 prelados de todo el planeta tuvo como tema “La vocación y misión de la familia en la Iglesia y en el mundo moderno”.
Los obispos de todo el orbe debatieron sobre diversos temas relacionados a la familia entre los que estuvieron la preparación para el sacramento del matrimonio, la atención pastoral a las familias en dificultad, la violencia familiar, entre muchos otros.
Los medios seculares de comunicación concentraron su atención en dos temas también abordados por los obispos: el acceso a la comunión por parte de los divorciados en nueva unión y la atención pastoral a los homosexuales.
Se espera que la exhortación post sinodal del Santo Padre esté basada en el documento final que los obispos publicaron el 24 de octubre de 2015 con las conclusiones de su debate.
En el viaje de regreso de México a Roma, el Papa Francisco se refirió al tema de la participación de los divorciados en nueva unión en la vida de la Iglesia y precisó que integrarse "no significa conceder la comunión" porque recibir la Eucaristía no es un "un título honorífico".

Fuente: AciPrensa
Publicado por: O.Revette 31.03.2016 8:49am
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El día que Ratzinger explicó por qué es pecado votar por candidatos a favor del aborto

El día que Ratzinger explicó por qué es pecado votar por candidatos a favor del aborto


Benedicto XVI. Foto L'Osservatore Romano

ROMA, 29 Mar. 16 / 02:05 pm (ACI).- Hace algunos años el Cardenal Joseph Ratzinger, que fue durante más de 20 años Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, explicó por qué es pecado votar a favor de candidatos que favorecen el aborto.
La misiva que envió el ahora Papa Emérito Benedicto XVI a los obispos de Estados Unidos tenía que ver con la disposición de negar la Eucaristía a los políticos a favor del aborto. En ella afirmaba que “un católico sería culpable de cooperación formal en el mal, y tan indigno para presentarse a la Sagrada Comunión, si deliberadamente votara a favor de un candidato precisamente por la postura permisiva del candidato respecto del aborto y/o la eutanasia”.
El texto, que fue enviado en ocasión de la asamblea plenaria del Episcopado estadounidense realizada en junio de 2004, recobra importancia en estos días luego que el Arzobispo de Arequipa en el Perú, Mons. Javier del Río Alba, afirmara que es pecado votar por candidatos presidenciales que favorecen el aborto como Verónica Mendoza (Frente Amplio) o Alfredo Barnechea (Acción Popular).
A continuación la carta completa del Cardenal Ratzinger a los obispos de Estados Unidos:
Dignidad para recibir la Sagrada Comunión 
Principios Generales
1. El presentarse para recibir la Sagrada Comunión debería ser una decisión consciente, basada en un juicio razonado respecto de la propia dignidad para hacerlo, según los criterios objetivos de laIglesia, haciéndose preguntas como: “¿Estoy en plena comunión con la Iglesia Católica? ¿Soy culpable de algún pecado grave? ¿He incurrido en una pena (p.ej. la excomunión, el entredicho) que prohíbe que reciba la Sagrada Comunión? ¿Me he preparado ayunando por lo menos una hora antes?” La práctica de presentarse indiscriminadamente a recibir la Sagrada Comunión, simplemente como consecuencia de estar presente en la Misaes un abuso que debe ser corregido (cf. Instrucción Redemptionis Sacramentum, números 81, 83).
2. La Iglesia enseña que el aborto o la eutanasia son pecado grave. La Carta Encíclica Evangelium vitae, respecto de decisiones judiciales o leyes civiles que autorizan o promueven el aborto o la eutanasia, declara que existe “una grave y clara obligación de oponerse por la objeción consciente. En el caso de una ley intrínsecamente injusta, como una ley que permite el aborto o la eutanasia, nunca es lícito por tanto obedecerla, o ‘participar en una campaña de propaganda a favor de tal ley o votar por ella’” (n. 73).
Los cristianos tienen “una grave obligación de conciencia de no cooperar formalmente en prácticas que, aún permitidas por la legislación civil, son contrarias a la ley de Dios. En efecto, desde el punto de vista moral, nunca es lícito cooperar formalmente con el mal. …Tal cooperación nunca puede ser justificada invocando el respeto a la libertad de otros o apelando al hecho de que la ley civil lo permite o lo requiere” (n. 74).
3. No todos los asuntos morales tienen el mismo peso moral que el aborto y la eutanasia. Por ejemplo, si un católico discrepara con el Santo Padre sobre la aplicación de la pena de muerte o en la decisión de hacer la guerra, éste no sería considerado por esta razón indigno de presentarse a recibir la Sagrada Comunión.
Aunque la Iglesia exhorta a las autoridades civiles a buscar la paz, y no la guerra, y a ejercer discreción y misericordia al castigar a criminales, aún sería lícito tomar las armas para repeler a un agresor o recurrir a la pena capital. Puede haber una legítima diversidad de opinión entre católicos respecto de ir a la guerra y aplicar la pena de muerte, pero no, sin embargo, respecto del aborto y la eutanasia.
4. Aparte del juicio de un individuo respecto de su propia dignidad para presentarse a recibir la Santa Eucaristía, el ministro de la Sagrada Comunión se puede encontrar en la situación en la que debe rechazar distribuir la Sagrada Comunión a alguien, como en el caso de un excomulgado declarado, un declarado en entredicho, o una persistencia obstinada en pecado grave manifiesto (cf. Can. 915).
5. Respecto del grave pecado del aborto o la eutanasia, cuando la cooperación formal de una persona es manifiesta (entendida, en el caso de un político católico, como hacer campaña y votar sistemáticamente por leyes permisivas de aborto y eutanasia), su párroco debería reunirse con él, instruirlo respecto de las enseñanzas de la Iglesia, informándole que no debe presentarse a la Sagrada Comunión hasta que lleve a término la situación objetiva de pecado, y advirtiéndole que de otra manera se le negará la Eucaristía.
6. Cuando “estas medidas preventivas no han tenido su efecto o cuando no han sido posibles”, y la persona en cuestión, con obstinada persistencia, aún se presenta a recibir la Sagrada Comunión, “el ministro de la Sagrada Comunión debe rechazar distribuirla” (cf. Declaración del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos “Sagrada Comunión y Divorcio, Católicos vueltos a casar civilmente” [2002], números 3-4).
Esta decisión, propiamente hablando, no es una sanción o una pena. Tampoco es que el ministro de la Sagrada Comunión está realizando un juicio sobre la culpa subjetiva de la persona, sino que está reaccionando a la indignidad pública de la persona para recibir la Sagrada Comunión debido a una situación objetiva de pecado.
Nota aclaratoria: Un católico sería culpable de cooperación formal en el mal, y tan indigno para presentarse a la Sagrada Comunión, si deliberadamente votara a favor de un candidato precisamente por la postura permisiva del candidato respecto del aborto y/o la eutanasia.
Cuando un católico no comparte la posición a favor del aborto o la eutanasia de un candidato, pero vota a favor de ese candidato por otras razones, esto es considerado una cooperación material remota, la cual puede ser permitida ante la presencia de razones proporcionales.

Fuente: AciPrensa
Publicado por: O.Revette 31.03.2016 7:14am
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